martes, 30 de noviembre de 2010

Cantabria, delicias de interior

Cierto consejero cántabro de Turismo se dio cuenta, hace unos años, de que en un lugar donde la climatología es tan imprevisible, resultaba algo difícil "vender" el rico patrimonio paisajístico, natural y cultural al aire libre de esta comunidad autónoma. Así pues, se decidió a explorar y proponer otros recursos que no dependieran del buen o mal tiempo que hiciera. Para él, la solución fue evidente: Cantabria es la comunidad con mayor concentración de cuevas valor histórico-artístico y geológico de España, lugares donde las variables meteorológicas bien poco influyen. Y, además, buena parte del patrimonio subterráneo cántabro está reconocido como Patrimonio de la Humanidad, como parte del "paquete" paleolítico de la Cornisa Cantábrica, que va desde Galicia hasta más allá de las Landas francesas.



Cantabria promociona hoy sus oquedades bajo tierra como un recurso turístico de primer orden, no sólo como una alternativa a los días de lluvia. De todas esas cuevas, la de Altamira es, sin duda, la más conocida y valiosa. Y eso, pese a que hace ya años que la visita a la cueva original está vetada, como consecuencia de la proliferación de ciertos microorganismos, introducidos de forma no intencional por los hombres, que degradan los pigmentos naturales con que fue decorada la que se considera como la Capilla Sixtina del Paleolítico. Como alternativa, se puede visitar la neocueva, reconstrucción a escala dentro del Museo de Altamira, muy cerca del lugar en el que Marcelino Sanz de Sautuola y su hija descubrieron los célebres bisontes y ciervos. Los expertos trabajaron durante años para reproducir de forma fiel el techo de la cueva, imitando a la perfección aquellos volúmenes pétreos que el maestro de Altamira utilizó de forma magistral para transmitir más realismo a su creación. Una obra datada, nada menos, que hace 15.000 años.



Quien visita Altamira suele hacerlo también a las cercanas localidades de Santillana del Mar y Comillas. La primera, sin duda una de las más auténticas de Cantabria, conserva el sabor medieval y renacentista en calles empedradas flanqueadas por casonas y palacios. La mayor parte de ellos se han reconvertido en hoteles, restaurantes y, cómo no, tiendas de souvenirs. Aunque, claro, los mejores "recuerdos" de esta región son sus productos gastronómicos: quesos, licores, anchoas, ventrescas, sobaos pasiegos y quesadas. Al final del paseo por Santillana, siempre estará su impresionante colegiata, edificio de estilo Románico, reformado en parte durante la época gótica y que conserva un claustro en el que se mezclan capiteles figurativos con otros de motivos vegetales y geométricos, en función de que cuando se hiceron el conjunto monástico estuviera a cargo del Císter o de los monjes de Cluny.

Claustro Colegiata Santillana del Mar

En cuanto a Comillas, su principal atractivo es una espectacular playa (también lo es, aunque más modesta en extensión, la del cercano pueblo de Cóbreces). En la segunda mitad del siglo XIX regresó aquí Antonio López y López, un comillense emigrado a Cuba, donde se enriqueció con el transporte marítimo y otros negocios. El que después sería reconocido por Alfonso XII como marqués de Comillas (prestó ingentes cantidades de dinero a la Corona) fue el impulsor, con la construcción de su palacio, de que la localidad pasara de ser una modesta villa marinera a un lugar de descanso para la realeza y la burguesía del país.



El marqués supo repartir su riqueza y negocios con su familia. Y no sólo con sus hijos que, por cierto, no lograron perpetuar la estirpe. Así, con la riqueza generada a través de aquellos negocios, uno de sus cuñados se hizo construir junto al palacio del marqués una casa, auténtico "capricho" arquitectónico, de cuyo proyecto se encargó un catalán llamado Antoni Gaudí.



Volviendo al hilo conductor de nuestro relato, la Cantabria de los interiores, merece la pena visitar la cueva de El Soplao, unos kilómetros hacia el suroeste. La Florida, el lugar donde se encuentra y desde donde se domina una impresionante panorámica de los Picos de Europa, fue una explotación minera iniciada a mediados del siglo XIX. Fueron los mineros, al excavar una de las vetas, quienes descubrieron esta enorme oquedad de más de 20 kilómetros de recorrido.



El Soplao muestra las características de la mayor parte de las cuevas calizas, con estalactitas y estalacmitas de caprichosas formas, pero su particularidad es la extraordinaria proliferación de estalactitas excéntricas. Es decir, formaciones que crecen no siguiendo las leyes de la gravedad; algunas, incluso, retorciéndose sobre sí mismas como un sacacorchos y, muchas, agrupadas en formaciones que recuerdan a los arrecifes de coral. En el entorno de El Soplao, además, se ha encontrado ámbar dorado y azul (algo rarísimo), muchas de cuyas piezas muestran insectos atrapados en su interior. Singulares muestras de una vida extinta hace más de 100.000 años.





Hace bastante menos (unos 15.000 años), es un decir, el maestro de Altamira creó escuela en otras cuevas del Cantábrico. Lo demuestran las representaciones pictóricas halladas, por ejemplo, en el complejo de oquedades del Monte Castillo, junto a la localidad de Puente Viesgo. De todas ellas destaca la propia cueva del Castillo por su tamaño, la calidad de las representaciones artísticas y las numerosas piezas arqueológicas descubiertas en ella y pertenecientes a distintas eras, del Neolítico al Paleolítico.



Desde el punto de vista geológico, también merece la visita la cueva de Las Monedas, llamada así por una leyenda que dice que se encontraron aquí unas piezas acuñadas en la época de los Reyes Católicos.Ya que estamos en Puente Viesgo, localidad muy conocida desde los tiempos en que la Selección Española de Fútbol se concentraba aquí, cuando fue seleccionador Javier Clemente, se puede disfrutar de los efectos de sus aguas mineromedicinales en las completísimas instalaciones del balneario.



Este complejo termal, además de un alojamiento de calidad, es un lugar ideal donde no sólo aliviar dolencias respiratorias, circulatorias o del aparato locomotor, sino también el más habitual de los males de nuestro tiempo: el estrés.  Y, desde luego, es un buen punto final para cerrar esta capítulo sobre las delicias interiores de Cantabria.



MÁS INFORMACIÓN:
Turismo de Cantabria: www.turismodecantabria.com
Club de Calidad Cantabria Infinita: tel. 942 208 280; www.clubcalidadcantabriainfinita.es
Sobre las cuevas cántabras: http://cuevas.culturadecantabria.com

PARA COMER:

Cocido lebaniego y montañés, olla ferroviaria, pescados en salsa verde, anchoas, rabas (calamares), lomos de bonito, quesos montañeses, sobaos pasiegos, quesadas... La lista de platos típicos cántabros resulta suculenta, deliciosa... Y también, contundente. La mayor parte de los restaurantes de la región pasan de puntillas por la moda de los menús-degustación (muchos platos en raciones escasas) y apuestan por la idea de  que de una buena mesa hay que levantarse bien comido. Así que, prepárate a comer mucho y bien.



ALGUNOS RESTAURANTES:

Tonino: La Torrre, 86, Monte (muy cerca de Santander), tel. 942 320 182. Pide sus cocochas de bacalao rebozadas y sus pescados frescos. A la carta: unos 40 euros.

Sixtina: Del Sol, 47, tel. 942 219 595. En su techo emula las pinturas de Altamira y en el plato toques de innovación culinaria, pero sin perder de vista el producto regional y de temporada. A la carta: entre 40-45 euros.
La Venta de Castañeda: Pomaluengo-Castañeda, tel. 942 592 140. Si te gustan los guisos, éste es el lugar adecuado. La estrella es la olla ferroviaria, pero Santiago, su propietario, también te propondrá probar lo mejor de la gastronomía regional. Precio medio: entre 35-40 euros.


Para dormir:
Gran Hotel Balneario Puente Viesgo: Manuel Pérez Mazo, s/n, Puente Viesgo, tel. 942 598 061. Paquete Fin de Semana Sensorial para parejas: 265 euros por persona.

También puedes recibir información sobre alojamientos y gestionar tus reservas de hoteles y casas rurales en:
Central de Reservas: tel. 902 760 206.
Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria: www.dormirencantabria.com.
Asociación de Turismo Rural de Cantabria: www.turismoruralcantabria.com.

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